
Imagen tomada el 18 de octubre de 2008 en Madrid (foto: gaelx, Flickr).
“He sacado 500 euros y no sale reflejado en mi cuenta, están regalando dinero. Me puse otra vez a la cola porque quiero sacar otros 500″ o “hay que aprovechar que el banco regala [dinero] para llevarnos todo lo que se pueda”, han sido algunas de las frases que se han oído este sábado en los alrededores de los cajeros de una entidad bancaria de las Islas Canarias.
Un rumor expandido por internet daba cuenta de que la entidad bancaria estaba regalando dinero como consecuencia de un error informático y no quedaban registrados los movimientos en las cuentas de los clientes. Un bulo, un camelo, un chisme. Evidentemente, todos los cambios de las cuentas de los clientes -incluso algunos retiraron a débito- quedarán reflejados.
Vivimos envueltos de mensajes que corren velozmente sin más prueba empírica -es decir, ninguna- que la creencia de que lo que nos dicen es cierto. La política, de una forma u otra, no escapa de la confabulación. En las últimas semanas se ha puesto de manifiesto tras la muerte de Stéphane Hessel, el autor de la obra ¡Indignaos! y cuyo título ha dado nombre al movimiento que en España capitaliza el 15M.
Hessel no escribió los Derechos Humanos
Todos los medios de comunicación (incluido LA VOZ DE BARCELONA, que corrigió posteriormente) se hicieron eco de que el fallecido diplomático y escritor francés había sido uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. No fue así. Hessel ha sido víctima de un bulo. Lo ha explicado en Le Monde el ex director general de la agencia de comunicación AFP Claude Moisy.
Ningún documento ligado a la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre 1946 y 1948, tiene el nombre de Hessel. Del bulo, no tiene la culpa el mismo indignado. En 2008, por ejemplo, en una entrevista en la web de la ONU ya desmintió que tuviera algo que ver con el redactado de la Declaración:
“Yo estaba en contacto permanente con el equipo que redactó la Declaración. Asistí a las sesiones y escuché lo que se dijo, pero no he escrito la Declaración. Fui testigo de este momento extraordinario”.
En 2011 y 2012, Hessel volvió a negar su vinculación con el acontecimiento. No importa. Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz y todo un personaje, centró su panegírico publicado en El País en una contribución que no existió jamás. Eso sí, Mayor Zaragoza asegura que conocía a Hessel desde los años 90. ¿Lo conocía, seguro? Como ha dejado escrito María Teresa Giménez Barbat, los humanos tenemos una necesidad de ‘venerar a otro’, aunque en la mayoría de las veces sea a través de atribuirle ‘virtudes y milagros, a la manera chamánica, que solo están en nuestra imaginación’.
El país de Pla
Si de imaginación se trata, en nuestro imaginario ronda una frase que se le atribuye a Josep Pla: “El que més s’assembla a un espanyol de dretes és un espanyol d’esquerres” (“Lo que más se parece a un español de derechas es un español de izquierdas”). Es un recurso fácil que se ha convertido en costumbre entre políticos y periodistas nacionalistas.
Sin embargo esa frase no consta en ninguna de las obras del escritor ampurdanés. En el apunte del 28 de septiembre de 1918 de El quadern gris, Pla escribió esto (la traducción es mía), en boca de su padre:
“Piensa que lo que se parece más a un hombre de izquierda, en este país, es un hombre de derecha. Son iguales, intercambiables, han mamado la misma leche. Pero, ¿es que podría ser diferente? No dudes: esta división es inservible”.
El contexto es una conversación de principios del siglo XX entre el gran juntaletras y su padre, y sobre las recomendaciones que el primero pedía al segundo en relación a sus convicciones políticas. La respuesta del progenitor en cuestión da vueltas sobre “el gran asunto del arroz de Pals”, en la comarca gerundense del Ampurdán. ¿A qué país se refería el padre de Pla? Como ha apuntado Nacho Martín, Pla solo tenía un país: el Ampurdán. Ni Cataluña, ni España.
Ahora bien, aun aceptando que Pla no se refería al Ampurdán cuando escribía “este país”, ¿por qué se manipulan, consciente o inconscientemente, las palabras del costumbrista? Esta semana lo ha repetido Francesc-Marc Álvaro, en La Vanguardia. Otros que han expandido el bulo han sido, a modo de ejemplo, el periodista Lluís Falgàs o el alcalde de Arenys de Munt, Josep Manel Ximenis. Y también Josep Antoni Duran i Lleida.
El 4% de Barbeta
El líder de CiU en el Congreso es ya un especialista en propagar filfas. Durante meses fue, junto a Jordi Pujol, el principal promotor de airear a los cuatro vientos que el Tribunal Constitucional alemán había fijado un límite fiscal a los länder. El ya famoso 4% del PIB. Nada más lejos de la realidad.
El supuesto límite fiscal fue utilizado por Duran i Lleida en sus conferencias, entrevistas y mítines. Solo CiU hacía uso de este bulo. CiU y La Vanguardia, claro, cuya sección de Política abría un 27 de octubre a cinco columnas para denunciar la excesiva solidaridad de los catalanes con el resto de España, una solidaridad que, en opinión del jefe de esta sección, no se daba en ningún otro país:
‘Para entender la magnitud que supone el déficit fiscal catalán puede acudirse a la comparación con otros países europeos. Por ejemplo, el déficit fiscal catalán supera el doble de la contribución de los länder alemanes que más contribuyen. En Alemania, la Constitución fija que en ningún caso podrá obligarse a un estado federado a contribuir al conjunto más del 4% de su PIB’.
Ya ven. No ha habido rectificación alguna en el diario del grupo Godó. Y no será porque Jordi Barbeta no esté al tanto de su error, pues ha recibido notificación advirtiéndole. Duran i Lleida sí matizó. No importa, la trola ya está encima de la mesa. Por cierto, un embuste que no solo afecta al mito del 4%, también a que ese déficit fiscal no se da en ningún otro país del mundo.
Una disposición estatutaria que no es vinculante
Tampoco debe darse en otro país del mundo que una sentencia de un Alto Tribunal sea interpretada al revés de lo que dice su literalidad. Interpretada o ficcionada. Hace unos días, el director de LA VOZ DE BARCELONA participaba en un debate en Canal Català. Los compañeros de tertulia -dos periodistas más y un profesor de universidad- defendían el taimado victimismo nacionalista en base a un incumplimiento del Gobierno para con la Generalidad.
Ni este Ejecutivo de Mariano Rajoy (PP) ni el anterior de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) cumplían ni tan siquiera con la ley, pues no respetaban lo que la Disposición Adicional Tercera (DA3ª) del Estatuto de Autonomía de Cataluña concretaba en materia de inversión del Gobierno en Cataluña, defendían los tertulianos. Es decir, que el Gobierno tenía que invertir en infraestructuras el peso de Cataluña calculado en PIB respecto al conjunto de España. Algo que el Gobierno se saltaba a la torera.
Sin embargo, lo que parecían ignorar (e ignoraba, al menos el profesor de la Universidad de Barcelona) los tertulianos -como así se lo hizo ver el director de este diario- es que existía una sentencia del Tribunal Constitucional que dejaba la DA3ª en papel mojado. Ese artículo no es vinculante. Por lo tanto, el Gobierno no incumple ninguna ley.
Incluso el portavoz de la Generalidad lo ha reconocido públicamente, no sin antes utilizarlo como arma política. Pero el bulo -en este caso intencionado desde el ámbito político- ha calado entre personas leídas e informadas.
El remedio a la migraña tendrá que esperar
Las exageraciones y bolas en positivo también son habituales. Los campos científico y medicinal son ejemplo de ello. Hace unos días, la mayoría de los medios de comunicación publicaron un hallazgo esperanzador: un tratamiento que curaría el 90% de los casos de migraña. Además, el descubrimiento tenía el sello patrio, pues el estudio había sido elaborado por la Sociedad Española de Déficit de DAO en el Capio Hospital General de Cataluña.
Pero la realidad es bien distinta. Los expertos dudan de la fiabilidad del estudio. Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), aunque no niegan categóricamente la posibilidad de que en el ensayo se haya podido observar algún efecto beneficioso, consideran que “no hay suficientes estudios que avalen estas afirmaciones”.
Lo ha explicado Daniel Mediavilla en Materia. Todo salió de unas declaraciones del neurólogo Joan Izquierdo Casas, investigador principal del estudio, en el Encuentro Europeo de Farmacia Infarma. Sin pruebas. Sin la refutación científica de los compañeros, como suele ser habitual. Palabras. Buenas intenciones, en este caso. Pero de momento, un simple chisme.
“Hasta yo saqué 600 euros que no tengo”
Cuando los bulos nacen o se establecen en internet se convierten en hoax (en realidad, no es más que una traducción al inglés de la palabra bulo). De estos no se libra ni la Wikipedia, aunque también ayuda a la prevención, pues en esta enciclopedia colectiva se puede encontrar una sencilla lista que muestra las pautas para reconocer los bulos en internet.
De hecho, las versiones en catalán, francés, inglés y alemán tienen una entrada específica que advierte de los artículos falsos. Que si la bandera de Lewis, que si la eurolingua, que si los romaco o que si Margarida Trosdegínjol. Algo así como creer que Twitter favorece la conversación entre personas. Cuestión de fe.
Trolas, embustes, cuentos, camelos, infundios y engaños que se emiten queriendo o sin querer y encuentran receptores al otro lado del hilo. Los medios de comunicación deberían ser un filtro entre estos y los ciudadanos, sin embargo, a veces fomentan su distribución masiva. En Tenerife, uno de los que se creyó que el banco regalaba dinero confesaba: “Hasta yo saqué 600 euros que no tengo”.