En política, una mentira puede tener más capacidad de movilización (en contra) que una mala gestión o una torpe actuación. Las personas perdonan (el error) pero no olvidan (la mentira). Al ex presidente de Gobierno José María Aznar (PP) le perseguirán siempre tres palabras armas-destrucción-masiva. ¿Dónde están? Bill Clinton estuvo a punto de dejar la Casa Blanca por mentir. Fue infiel. No importa, en lo político. Lo negó. Era verdad. La infidelidad se convirtió en mentira. Ya era un problema político.
La vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega (UDC), no es licenciada en Psicología. Le falta una asignatura y media. No se necesita ningún título académico para ejercer un cargo político; es una de las claves de los sistemas democráticos. Sin embargo, en la web del Gobierno autonómico apareció como si fuera licenciada. Lo rectificó. Pero mintió. Se ha montado un esperpento. Veremos cómo acaba.
1. La noticia fue que rebajó su currículo. El pasado 11 de marzo, un diario digital publica que la web oficial de la Generalitat ha rectificado a la baja el currículo de Ortega. Luego hemos sabido que esta información se la pasó uno de los partidos del Parlamento de Cataluña. Dejó de ser licenciada en y pasó a ser formada en. La noticia corrió como la pólvora por otros digitales, blogs y redes sociales.
2. Ortega pide disculpas por un “error involuntario”. Tres días después, dejando pasar el fin de semana, la vicepresidenta autonómica pide disculpas en su blog personal, que escribe y gestiona ella misma. “En mi curriculum vitae se transcribió, erróneamente, que yo era licenciada en Psicología”, escribe. Reconoce que estudió casi toda la carrera pero no finalizó la licenciatura. Pide “disculpas públicamente” e indica que también ha hablado con Artur Mas, presidente de la Generalitat.
3. Un “error involuntario” no puede ser tecleado por uno mismo. Si bien para la web oficial puede caber el “error involuntario” de la dirigente política -no es ella la que gestiona, ni tan si quiera escribe, el sitio de la Generalitat-, no cabe para su blog personal. Es aquí donde su “error” se convierte en mentira. En su blog (que puso en marcha en noviembre de 2008) ella misma escribió el 29 de octubre de 2010 que era licenciada en Psicología. Atribución que desaparece tras saltar esta noticia a los medios.
4. Mantener la mentira es decir dos mentiras. La casualidad hizo que esta misma semana, el martes, Ortega tuviera programada una comparecencia ante el Parlamento de Cataluña. Según declaran sus rivales políticos no tenían pensado tocar el tema, pero al finalizar la primera intervención, la vicepresidenta autonómica se refiere al caso de su currículo: “Mi licenciatura está pendiente de una asugnatura y media. […] No vean ninguna intencion de obtener ningún beneficio. […] Los que me conoce bien lo saben, no acostumbro a decir mentiras”. Y pide disculpas. Sin embargo, deja el camino libre para que todos los portavoces de los distintos grupos parlamentarios incidan en el tema. Todos la critican. Algunos piden más información del “error” en la web oficial. ¿Quién lo cometió? Solo uno, Alfons López Tena, pide su dimisión. Lo hace con unas formas poco educadas. Le recuerda, además, que “ha vuelto a mentir”.
5. La mentira convertida en esperpento. El asunto colea todavía y este viernes, Josep Antoni Duran i Lleida (UDC), jefe de filas de Ortega, sale en su defensa en una carta pública. Recuerda un caso pendiente de López Tena cuando este era notario. Ya no podrá volver a ejercer como tal. Le acusan de una irregularidad. Si quiere volver se le abrirá expediente sancionador, y quizás penal: “Tú no has falsificado ningún documento público, ni tan solo un documento privado. No es lo mismo un error en un currículo que, por ejemplo, un notario deje en blanco unas hojas de su protocolo, y ya me entiendes de qué te estoy hablando”. En pocas horas, López Tena responde a Duran con duras acusaciones de corrupción y cosas peores. Así están las cosas.