Cortesías, por esto.
Periodismo
Nuestras ‘fake news’
Noticia publicada en “El Punt Avui”.
A bocajarro. Sin las comillas que sirven para todo y cobijan cualquier interpretación. Lejos de la realidad. No ya solo de la legalidad. ¿Mintiendo? El lenguaje es el primer objetivo del nacionalismo. La ética, la última esperanza en llegar. Presos políticos. Hoy, en El Punt Avui. Cataluña, siglo XXI. Y así desde hace lustros.
Un goteo constante y disimulado
ABC, 5 de noviembre de 2017
Mitos digitales
La mitología digital sigue predicando a sus anchas (con dinero, desde luego), pero la inteligencia razonada que le hace frente empieza a disfrutar de unas tribunas con una normalidad que no son solo necesarias sino imprescindibles. ¡Por fin! El editor Carlos Garriga me entrega en mano 21 mitos digitales. Antídoto contra la posverdad internauta, de Per Strömbäck, segunda obra de Ediciones Quinto 20, porque sabe que me “gustará”. Es un valor seguro citar a Andrew Keen como hace Strömbäck en su libro (una traducción de la obra original publicada por el sueco en 2016); ambos escriben desde el conocimiento de lo que es la “tecnología digital”, no están en contra del progreso en internet y alertan de las múltiples trampas que se dan hoy en día bajo diversos paraguas del mundo digital.
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Así todos los días
ABC, 23 de octubre de 2017
La Cataluña surrealista…
…acepción tercera. Vía Carles González.
Periodismo… en los ratos libres
Blanco y Negro, 20 de diciembre de 1992
Germán Yanke
Germán Yanke, en 2001 para ABC:
“Es muy difícil aguantar, pero este oficio es una carrera de fondo donde lo fácil es lanzarse a buscar con afán el éxito rápido. Por eso se está perdiendo la figura del gran editor de Prensa que entiende la publicación como un proyecto intelectual”.
Y en 2008:
“Si hay que elegir entre salirse con la suya (y con los intereses coyunturales) y ser razonable, dice el filósofo alemán Robert Spaemann, la ética del debate público, y de la información, exige elegir el intento de ser razonable. Es decir, huir del dogmatismo y del grito, contemplar las cuestiones candentes con la cuota necesaria de escepticismo e ironía que evita la ceguera, saber que hay cosas sencillas («una noticia es lo que sabemos hoy y no sabíamos ayer», como dicen en la redacción del Washington Post) y otras complicadas que no se pueden obviar: que a veces faltan noticias porque hay quien desea ocultarlas, que a menudo hay noticias que «no nos convienen», que el periodista es depositario de un derecho que es de los ciudadanos, el que tienen a la información y no representa, sin embargo, partidos y políticos”.
Mantendré mi liturgia de cada mañana
El Periódico, 3 de mayo de 2017
Un estudio señala la influencia de TV3 en el independentismo
(ABC Barcelona, 29 de abril de 2017)
Tertuliar
“Un canal de noticias no debería luchar por la audiencia, sino preocuparse por transmitir información fiable y estar presente cuando ocurren las cosas”.
Enrica Toninelli
subdirectora de RAI News 24

De izquierda a derecha, Manel Manchón, Joan López, Quim Barnola y Toni Aira, durante la presentación del libro de Joan López, atendiendo a Miguel Aguilar, editor de Debate. / Foto: DTG
Joan López Alegre es un buen tipo y, aunque no queda bien decirlo en público, es una persona con la que uno siempre aprende, ya sea de tertulia, de cena o compartiendo vuelo. Acaba de publicar un libro en Debate (Hablar de todo y no saber de nada, 2016) que es altamente recomendable.
López Alegre pasó por el PP, partido del que tuvo en Cataluña responsabilidades en materia local y llegó a ser diputado autonómico, además de disfrutar como concejal en Mataró. Ha trabajado también, entre otros, para Ciudadanos e instituciones públicas controladas por el PSC. Es un todoterreno de la comunicación política.
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Prim y el editorial de ‘El País’
El editorial de hoy de El País. No hay socialismo español sin el PSC, dicen, y se sitúa entre “los jacobinos” y “los más federales”. ¡Qué alguien me presente a los primeros! La voz publicada de la familia socialista considera que es “manejable” que el PSOE sufra un par de crisis devastadoras -una es la presente- en su relación con el PSC cada 40 años. ¡Quia! Solo hay que contar en el Congreso de los Diputados las sillas con una rosa roja para comprobar cuan erróneo anda el editorialista. ¿Y qué decir del Parlamento de Cataluña? Pese a esto, lo más lamentable del texto de El País es el olvido y las anécdotas elevadas a categoría: “De hecho, no ha habido ningún primer ministro catalán desde el general Prim, hace ya algún tiempo. Mejor que nadie juegue con fuego”. Estanislao Figueras y Francisco Pi i Margall. Así está la familia socialista. Pero no importa, con fuego se queman otros.
Sospechosas ausencias en el congreso de… periodistas
“No”. “No”. “No”. “No”. Así han respondido cuatro responsables de medios de comunicación de Cataluña interpelados por la ausencia de los mismos en un congreso organizado por el Col·legi de Periodistes de Catalunya para reflexionar sobre “el momento actual que vive la información”, reivindicar “el periodismo en mayúsculas”, redefinir “nuestra profesión”, recuperar “la credibilidad y el respeto” y repensar “el Código Deontológico que inspira nuestras acciones”. ¿Os han invitado? “No”.
Es evidente que la Junta de Gobierno del Col·legi de Periodistes de Catalunya puede convidar a un evento que lleva su sello a quien considere oportuno, ¡solo faltaría!, pero es vergonzoso para la profesión que un congreso de estas características, con estos colores y esta marca, aparte a unos periodistas catalanes por motivos que se desconocen públicamente.
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¿Gana Twitter?
Escribía Guy Sorman, este lunes, en este mismo diario en sus páginas más nobles que uno de los peligros del populismo es, sobre todo, el uso que este hace de las redes sociales en internet. “Nos preocupan los populismos, pero no prestamos suficiente atención a las técnicas de comunicación que les permiten prosperar”, escribía el escritor.
Sorman se refería así a los mundialmente conocidos Donald Trump, Vladimir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Viktor Orban, entre otros, pero también sin citarlos a nuestros populistas de barrio, esos que viven pegados a los 140 caracteres y que su mundo (que pretenden sea el nuestro) se circunscribe a eslóganes vacuos pero llenos de ji, ji, ja, ja.
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Lo que va de Ut a Demir
¿Por qué la imagen de Nick Ut, tomada en 1972 en Vietnam, sí influyó en el devenir de la historia y la que realizó Nilüfer Demir, el año pasado en las costas turcas, no está cambiando nada? Se debatió de ello, ayer, en unas jornadas organizadas por el Consell de la Informació de Catalunya. Carlos Pérez de Rozas puso la crudeza de la realidad en el trabajo del fotoperiodista (con una emotiva, profesional y espectacular exposición) y Albert Garrido y Elsa González plantearon el cambio de influencia que va de 1972 a 2016. Entonces, una imagen como la de Ut era motivo de decisión política (y no solo de afectación en las conciencias). Ahora, el trabajo comprometido de Demir abrió telediarios y fue portada de la prensa en gran parte del mundo pero el exceso de información (sin tratar) puso sobre la imagen de las costas turcas un sinfín de nuevas fotografías, declaraciones y hechos menores (en su mayor parte sin importancia) que se convirtieron en cómplices involuntarios del olvido de Aylan. Y por lo que murió. El ruido demencial de los tuits no puede tener más valor informativo que la portada de un gran periódico. Entre otras cosas, para evitar lo que hemos perdido por el camino entre 1972 y 2016.
Ahora

Carta enviada a los quiosqueros para anunciarles que el 55 es el último número del semanario “Ahora” / DTG
Mi quiosquero me entrega el último número del semanario Ahora y me regala la carta que Miguel Ángel Aguilar y Gerardo Domínguez firman (“Estimado Vendedor:”) para anunciar a los intermediarios que el 55 será el último número del papel. “Quédate la carta. No hay espacio para un semanario en papel. Otros caerán”, me dice. Pago los 4,50 euros (3 euros del semanario y 1,50 del Abc) y me voy cabizbajo y derrotado por la realidad. ¿Cuántos lectores se perderán por el camino en la transición al mundo digital? ¿Cuántos proyectos son inviables en papel y no prueban en internet? Sin ir más lejos, un día cualquiera, me esperan, además, El País y El Mundo, en sus versiones de Kiosko y más y Orbyt, respectivamente. Y La Vanguardia y El Periódico en el bar para el café. “Seguimos pensando que los periódicos impresos son la agencia de calificación de la realidad”. Pues eso.
Contra España [fisking]
La estelada —estrellada, con estrellas— que inventó el coronel Macià [falso, la estelada la creó Vicenç Albert Ballester, que entre otras muchas cosas firmaba artículos de prensa bajo el pseudónimo VIC I ME, es decir: Visca la Independència de Catalunya i Mori Espanya] como símbolo secesionista, en la estela de la emancipación cubana, es una bandera defectuosa [¿imperfecta?].
Es facciosa [bien, admitimos ya, que o bien es símbolo de la rebeldía armada o de la perturbación pública], porque representa solo a una facción de la ciudadanía catalana. Es antinacional, porque se pretende opuesta al símbolo nacional catalán por excelencia, la senyera, consagrada como oficial en el Estatuto. Y carece de tradición democrática [vamos bien], porque durante la dictadura los jóvenes rebeldes nos congregábamos a la sombra de las cuatro barras (y de la bandera roja): y su competidora, hélas, nunca comparecía [¿eing? ¿No será carente de democracia por eso, no? ¿O acaso también tiene dicha carencia la bandera de Barcelona?]. Pero las personas que la llevan, la ondean y se enorgullecen de ella merecen todos los respetos [por supuesto], porque en su nombre no se ha cometido ningún crimen [¡hombre, hombre, hombre! ¡Qué frágil es la memoria! ¡Pero mucho, mucho, mucho!]. Y porque constituye emblema de un sueño pelín disparatado y bastante nocivo [¿seguro que es nocivo?], pero que no engendra violencia [pues sí, sí la genera]. De modo que entonemos, con Voltaire: “No comparto tu opinión, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarla” [pues no, no es una frase de Voltaire, como bien sabe Junqueras…].
Cuando los medios atacan: el caso de Tey en Londres
El jueves 12 de mayo de este año tuvo lugar una conferencia-coloquio del presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont (CDC), en Londres, convocada por el think tank Chatham House. Tras su intervención -en inglés- Puigdemont respondió -en catalán- a las preguntas del público. Entre estas, la realizada por Miriam Tey, editora y miembro de la Junta Directiva del Grup de Periodistes Pi i Margall.
Sin embargo, la información por los escasos medios de comunicación que se hicieron eco de la conferencia-coloquio, y que incluyeron el turno de preguntas en sus piezas informativas, ha respondido más a la ya triste estrategia de señalar al adversario político que a la de informar de lo sucedido.
Motivos por los que comprar un periódico, o muchos, cada día
A los motivos obvios (información y conocimiento personales) y sabidos (tener opinión crítica y criterio propio) hay que añadir el de poder leer columnistas libres como Patxo Unzueta y Fernando Savater, en El País; Pedro G. Cuartango y Arcadi Espada, en El Mundo; Julio Valdeón (hijo, obviamente) y Sergio Fidalgo, en La Razón; José García Domínguez e Ignacio Camacho, en Abc; Gregorio Morán y Lluís Foix, en La Vanguardia; y Joaquim Coll, en El Periódico. Sin olvidar las tribunas invitadas. No sobran los motivos para comprar un periódico, varios o muchos cada día. Y leerlos. Pero no faltan motivos, tampoco.
El CAC ‘absuelve’ a Sastre del asesinato de Bultó
El 16 de diciembre de 2015, el periodista Xavier Graset entrevistó al ex miembro de Terra Lliure Carles Sastre en el canal 3/24 (canal de información continua de la televisión autonómica de la Generalidad de Cataluña). Sastre estuvo en prisión condenado en 1985 por asesinar al empresario José María Bultó en 1977 y también fue prófugo de la justicia. A Graset no le pareció relevante recordar durante la entrevista estos detalles sin importancia pese a que la importancia de la voz de Sastre es, básicamente, su activismo histórico nacionalista y su bagaje terrorista. El Grup de Periodistes Pi i Margall presentó una queja formal y argumentada ante el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) por lo que es, a todas luces, una mala praxis periodística. Como era de esperar, el CAC -divido por la mitad, cuyo acuerdo se ha aprobado con el voto de calidad del presidente y con un voto particular firmado por tres de los seis consejeros- considera que el periodista no llevó a cabo ninguna mala praxis profesional. Vamos, que casi se merece el Pulitzer. Así, pues, para el CAC, como para TV3 (hasta que se demuestre lo contrario) y Graset, Bultó no fue asesinado por Sastre sino que “murió”; Sastre no fue miembro de un grupo terrorista y estuvo en la cárcel por asesinato sino que fue un “preso político”; y Sastre no fue un prófugo de la justicia sino que pasó a vivir en “la clandestinidad”. Y todo esto con las muletas grasetienses siguientes para definir a los terroristas de Terra Lliure: “Militantes históricos del independentismo”, miembros de “organizaciones independentistas” y, el redoble, por favor, “gran reserva del independentismo”. Si se despistan en el CAC absuelven a Sastre del asesinato de Bultó. Ni la BBC.
Pantallas en vez de papel

Noticia de “La Vanguardia” sobre los primeros periódicos electrónicos, en pantallas de televisión, aparecida el 19 de febrero de 1981.
Ramón Salaverría coordina un magno libro sobre el periodismo digital en Iberoamérica. Se puede descargar en formato digital o comprar en formato papel. Desde los experimentos de la década de 1980 a la actualidad, pasando por la segunda mitad de la década de 1990, momento en el que lo digital ya no tiene vuelta atrás. Leer con papel o leer sin papel, esta es la cuestión. Leer, al fin y al cabo.
Preguntas/respuestas, octubre 1975

Transcripción de la rueda de prensa en la Casa Blanca en octubre de 1975 (Biblioteca Presidencial Gerard Ford / Cadena Ser).
Así preguntaban los periodistas al portavoz de la Casa Blanca, un mes antes del 20 de noviembre de 1975, sobre la salud del dictador español. Y así respondía Ron Nessen.
El marco relevante
El marco del lenguaje escogido, voluntariamente o sin querer, es clave en la comunicación política y determina el contexto social sobre el que se jugará la partida que está en marcha. A corto plazo, es determinante; a medio, resulta desequilibrante; y a largo, un obstáculo para el que no lo acepte.
Los gobiernos, los lobis, los partidos políticos o cualquier interés sindicado tratará de imponer el marco y las reglas -desde antes de empezar a jugar- por las que todos han de pasar. El que no acepte el lenguaje tendrá un doble trabajo. Primero, convencer de que su propuesta es mejor, viable y más realista respecto a la de sus rivales. Y segundo, hacerlo sobre un tablero y con unas fichas que le son desfavorables para conseguir su objetivo.
Reivindicar la histórica memoria

Monolito situado en la entrada de los estudios de TV3 (foto: DTG).
Sin respuestas
La muerte masiva. El dolor irreversible de la muerte de un ser querido. Saber qué ocurrió (para evitarlo en el futuro) y buscar desconsuelo. Nunca suficiente. El azar, nunca tenido en cuenta. El kilómetro sentimental.