Curiosamente son los que se dicen antifranquistas, de hoy, claro, con Franco muerto y enterrado, para mejor gloria de todos, los que se ponen a celebrar la entrada a Barcelona de las tropas rebeldes. Debe ser eso que los nacionalistas llaman hecho diferencial catalán y que solo llevan en el adn los que están cada día, desde que se levantan hasta que se acuestan, cambiando su biografía personal. Sí, me refiero a los Maragall y compañía. Pero también a los que necesitan no solo un libro de historia sino también una enciclopedia: convocan un acto independentista catalán para recordar el 70 aniversario de la entrada de las tropas franquistas en Barcelona en el marco de la campaña 1714, 300 años de ocupación, 300 años de resistencia. ¡Quiá!
Hoy el Avui, ese diario mitad de la Generalidad mitad del Conde de Godó, es decir 100% de titularidad pública, trae unos ‘testimonios de la derrota’. Aquí les dejo dos extractos interesantes:
Antoni Tàpies, del que se atreven a calificar como ‘nuestro pintor vivo más universal’, asegura de la entrada franquista en Barcelona que:
‘[...] el carrer de Balmes, que com tots els carrers de la ciutat en aquella tarda freda del 26 de gener, estava totalment desert i silenciós, amb un fons continuat d’artilleria molt llunyana i algun tret de fusell aïllat però més pròxim, va fer destacar encara més l’efecte dramàtic de la nostra desbandada.’
Joan Triadú, ‘crítico literario y pedagogo':
‘Recordo la quietud de Barcelona i una mena de desert perquè la gent no sabia si havia de sortir al carrer o no.’
Y, ahora, lo que ocurrió en realidad:
Simplemente, como dejó escrito Jon Juaristi: ‘Nuestros padres mintieron. Eso es todo’.