Es evidente que el ruido mediático vende. Lo vemos cada día, no hacen falta ejemplos. Lo importante queda relegado a un breve en los diarios de papel por lo circunstancial, lo insignificante y lo que no supera la prueba del pestañeo. En internet, en la mayoría de los casos, desapareció la jerarquización imprescindible. Manda la última hora. El tuit frente a la realidad.
Ayer, el Tribunal Supremo ratificó (si bien atenuó mínimamente) la condena a dos ex altos cargos de la Generalidad de Cataluña. Dos ex presidentes de los trenes autonómicos. Los máximos responsables de los Ferrocarriles de la Generalidad (FGC) entre 1993 y 2000. Se llevaron parte del dinero que gestionaban. Dinero público. Pesetas (entonces) del que lee estas líneas, y de su vecino. Y mías. De todos. Hasta 2,7 millones de euros.
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