ABC, 1 de noviembre de 2017
Carles Puigdemont
El día después
Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Raül Romeva pronunciaron este martes una conferencia en una de las salas del Parlamento Europeo. La charla -sin preguntas para los periodistas presentes, pese a que la Generalidad se gastó más de 120.000 euros en publicitar el acto en los medios de comunicación- fue convocada por tres eurodiputados independentistas de Cataluña.
Al acto acudieron menos de una veintena de diputados (el Parlamento Europeo tiene 751), a cual más peculiar, y los tres convocantes embarcaron en Barcelona con todos los gastos pagados a unas 165 personas para escuchar a Puigdemont, Junqueras y Romeva, entre los que había alrededor de quince menores de edad y a los que hay que sumar el séquito institucional.
Irse
Nigel Farage: “Cuando vine aquí hace 17 años para liderar una campaña con el objetivo de irnos de la UE, ustedes se reían de mí. Ahora no se ríen de mí, ¿no?”.
Carles Puigdemont: “Lo único que podemos hacer es irnos [de España, y por tanto de la UE] lo antes posible”.
François Hollande: “Por no querer la libre circulación de personas los británicos perderán su acceso al mercado interior. A partir de ahora los populistas sabrán a lo que se exponen cuando propongan irse de la UE”.
El blanqueo del “España nos roba”

Composición con imágenes de manifiestaciones, lemas y portada de prensa señalando que “España roba a Cataluña”.
El nacionalismo es, básicamente, una correlación de mentiras entre el poder político de una clase social y la realidad. No hay relación entre la verdad y el ombliguismo. Hace unos días, Carles Puigdemont, presidente de la Generalidad de Cataluña en calidad de testaferro, respondió en una entrevista para La Sexta que no comparte la expresión “España nos roba” porque es “un mantra falso”. Es de agradecer que el representante ordinario del Estado en Cataluña muestre una dosis de realidad, aunque no sabemos si es la continuidad de una gota de sinceridad o una simple jugada estratégica. Sin embargo, es justo recordar el silencio de Puigdemont -cuando no grito cómplice en privado- al vídeo de las juventudes de Convergència -desaparecido de su canal de Youtube, por cierto- que escenificaba el robo que España hacía a Cataluña enmascarado bajo el término de “expolio”. También es de recibo preguntarle al presidente autonómico qué hizo él para desmentir aquella portada de El Punt Avui, la campaña mezquina de propaganda de CiU o la infinidad de manifestaciones de su socio electoral, ERC, sobre la materia, y que la imagen adjunta muestra en toda su expansión. Hay que hacer frente a todo tipo de corruptelas, y el blanqueo, ya sea de dinero o de propuestas/imagen, es prioritario. Explica José Álvarez Junco, hoy en La Razón, que el nacionalismo catalán es, principalmente, “un aprovechamiento de las élites que calculan que construyendo una estructura política propia tendrán mayores beneficios políticos que siendo parte de un Estado soberano”. ¿Quién quiere ser alcalde pudiendo ser jefe de Estado? Pero Álvarez Junco también añade la insoportable realidad sobre la intelectualidad catalana, cómplice por activa (a buen precio) o por pasiva (sin remedio): “Hay intelectuales catalanes que antes eran muy catalanistas y ahora no están con los independentistas. Eso es lo que le ha pasado al nacionalismo vasco siempre, que nunca ha tenido intelectuales de calidad, mientras el catalán, sí. Los mejores intelectuales eran catalanistas. Ahora son catalanistas, pero no independentistas”.