Dos panfletos publicados en febrero de 1848 cambiaron la historia de Karl Marx en tanto que figura a tener en cuenta desde entonces. Los dos escritos significaron el punto de no retorno en la implicación política (no solo en la teoría) del filósofo alemán. Marx tenía previsto intervenir en un congreso internacional de economistas celebrado en Bruselas, entre el 16 y el 18 de septiembre de 1847. A tal efecto preparó un discurso, pero no llegó a intervenir; por lo que esas palabras no se llegaron a pronunciar jamás. Poco después, en febrero de 1848, la no intervención de Marx se convirtió en un panfleto editado y publicado. Como los grandes personajes de la historia, la vida y la ideología del alemán están llenas de contradicciones. Así, por ejemplo, en apenas un lustro pasó de defender el libre comercio, al lado de los ortodoxos del libre mercado, a propugnar una revolución comunista. El congreso de economistas se concibió, sobre todo, para respaldar el libre comercio mundial, para lo que Marx había preparado un discurso con su voto afirmativo porque… así se llegaría antes a la inminente revolución comunista: “Dicho brevemente, el sistema de libertad comercial acelera la revolución social. Es solamente en ese sentido revolucionario, señores, que voy a votar a favor del libre comercio”. ¿Qué habría sucedido si realmente hubiera pronunciado estas palabras rodeado de economistas? Este discurso, como señala Jonathan Sperber en su magnífica biografía sobre Karl Marx, es poco conocido. El segundo panfleto que se publicó ese mismo mes de 1848 es algo más popular y manoseado, se titula el Manifiesto comunista, y es, para Sperber, “una obra maestra literaria: un texto compacto, conciso, elegante, potente y a la vez sarcástico y divertido”.